Los romanos solían dividir los años en fastos o nefastos, estos últimos signados por la muerte.
Sabemos que muchos recordarán el 2020 como un año nefasto. Nosotros no. 2020 fue el año en que nacimos, nosotros y muchos otros. Dejar que el signo de muerte nos signe es claudicar antes de presentar batalla.
Sabemos que ha sido un año marcado por el dolor. Para los muchos que padecieron una enfermedad y estuvieron solos. Para los que no pudimos acompañarlos. Para todos que vivimos la ambivalencia de la pantalla: estar juntos y no poder sentirnos. Ser supuestamente globales sin poder ser plenamente, ni en los ámbitos más locales. Ser y no poder estar, por aludir a ese distintivo de nuestro idioma que escinde la esencia de la existencia, el tiempo del espacio.
2020 ha sido pródigo en cosas nefastas. Además de la muerte y el dolor, de los que tanto se han hablado y se debe seguir hablando, están la soledad de los niños y los ancianos, el desamparo de los desamparados, la voraz avaricia que oprime y se ceba en quienes viven de economías informales, y que se ha llevado también a los que han tenido que cerrar oportunidades de crecer. Además de todas esas cosas, de las que tanto y tan poco se ha hablado, 2020 será recordado como el año en el que el agua se comenzó a cotizar en la bolsa. Supuestamente para asegurar el bien común, pero, ¿será así?
Hay sobradas razones para no ser ingenuos. Y no faltan motivos para pugnar por ello. En definitiva, la cuestión es si será también recordado como la oportunidad, perdida o aprovechada, para revisar los supuestos que nos han conducido a este escenario calamitoso. De manera humilde, en Jardín Lac intentaremos que tantas pérdidas sean una oportunidad plenamente aprovechada. Te invitamos a participar y gozar de nuestro laboratorio que propicia, valora, analiza y comparte experiencias. Que alimenta la conversación y quiere que ella sea simiente del espacio público. Te invitamos a participar en nuestros experimentos.
2021 no será un año sencillo. Pero, como decía Baltasar Gracián “sólo lo difícil es estimulante”. El desafío que tenemos enfrente nos resulta una formidable invitación a imaginar y pensar, a crear y recrear. Seguiremos insistiendo en y desde nuestros principios. Felices de ser y estar contigo.
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