Martha Alicia Jiménez (Oaxaca, 1987) es una artista enraizada en un territorio ancestral. A través de su trabajo, Martha traza puentes estéticos entre diversos fenómenos de ruptura y reparación, remite a las prácticas de sanación tradicionales, explora la conexión con su cuerpo (como mujer y como madre) y recupera su idioma, el zapoteco, olvidado por esta nueva generación. En esta lengua y en su sonido, Martha encuentra ecos, historias e identidad.
Su oficio la ha llevado a vincular la escultura y la danza. En su taller —localizado en Santa Cruz Papalutla—Martha modela sus piezas con barro de Atzompa y también con el barro que ella y su hijo recolectan de las faldas de una montaña cercana a su hogar. Sus obras hablan de manera íntima sobre la relación que tiene la artista con su cuerpo, y en las formas que esculpe se manifiestan la luna, el maíz y los saberes heredados por su abuela. Sus trabajos son un tributo a la feminidad y a un linaje de creadoras y sanadoras que la anteceden.
El barro se trabaja a mano y se cuece en horno tradicional. A veces Martha colabora con la artista Floriberta Ángeles, quien incorpora detalles en carrizo, el material más popular en la comunidad de Santa Cruz Papalutla. Además de su quehacer artístico, actualmente Martha está dedicada a la construcción de un centro cultural independiente con el propósito de ofrecer talleres gratuitos a los niños de su comunidad, y también de acoger artistas y creadores de otras latitudes.
En JardínLac estamos muy felices de compartir una muestra del trabajo de esta artista multifacética y generosa.
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